Por: Rubén Asalde Ramos
Profesor adscrito al Departamento de Ciencias de la Salud
Profesor adscrito al Departamento de Ciencias de la Salud
Doscientas setenta y dos hectáreas de terreno en Reque y casi toda la vida política de nuestra ciudad han armonizado para almacenar y disponer de manera creciente, un promedio diario de 251 toneladas de residuos sólidos, más comúnmente conocidos como “basura”, entre los cuales se combinan unas 3 toneladas de residuos hospitalarios[1].
Muchos ciudadanos no son conscientes ni muestran interés por saber cuál es el destino de la basura que se genera en casa. Mayor es el desconocimiento de los residuos que se producen en hospitales, clínicas, consultorios…
El volumen de producción de desechos es inversamente proporcional al desarrollo de un país. El mal ejemplo de los países desarrollados de empacar hasta lo empacado, hace que los envases representen un promedio de 40% de la basura doméstica; que además, se deja frente a los domicilios, principal problemática a resolver de las municipalidades. Los gobiernos locales tienen varias opciones para tratar la basura: arrojarla en botaderos (económica pero peligrosa); incinerarla (contaminante), que también lo hacen; o separarla en plantas de tratamiento para reciclar una parte y convertir en abono los residuos orgánicos (ecológica y productiva). Esta última opción supone una inversión que las municipalidades no presupuestan y que si no está a su alcance, es necesario que soliciten propuestas, no solo de mejora del servicio de limpieza pública, sino de tratamiento y disposición final de esos residuos. De esta experiencia tenemos más de un ejemplo “a la vuelta de la esquina”. La Municipalidad de Loja (Ecuador), con todas las dificultades que supone administrar una ciudad, ha logrado desde hace buen tiempo, implementar un sistema de tratamiento de residuos que le ha dado reconocimiento internacional y dinero.
El caso de los residuos hospitalarios en nuestra ciudad se agrava porque si bien es cierto, existen vehículos (no exclusivos) y horarios diferentes para recolectar los residuos, estos tienen el mismo destino que los residuos sólidos domiciliarios: “los botaderos”.
El problema hasta ahora no se resuelve porque primero se piensa encontrar una vía de solución al asunto de los residuos domiciliarios por ser el de mayor dimensión; sin embargo, es posible hallar una solución al problema de los residuos hospitalarios por las mismas razones de dimensión. Las fuentes de generación son los hospitales Almanzor Aguinaga, Naylamp, Las Mercedes, FAP, PNP, Metropolitano; policlínicos de EsSalud: Chiclayo Oeste, de La Victoria, de Pimentel, de J. L. Ortiz; así como clínicas privadas, consultorios médicos y consultorios veterinarios.
Aunque el Reglamento de La ley N° 27314.- Ley General de Residuos Sólidos, D.S. 057-2004-PCM, responsabiliza directamente a los generadores de residuos para almacenar, acondicionar, tratar o disponer los residuos peligrosos en forma segura, sanitaria y ambientalmente adecuada, existe la necesidad de coordinar acciones para tener un lugar adecuado de disposición final, el cual no existe en nuestra ciudad. Las municipalidades pueden administrar y reglamentar directamente o por concesión, en coordinación con el Ministerio de Salud (art. 80, Ley 27972; D.S.057-2004-PCM).
Hace cinco años se aprobó con Resolución Ministerial N° 217-2004/MINSA, la Norma Técnica sobre manejo de residuos sólidos hospitalarios, la cual detalla los procedimientos de recolección, acondicionamiento, tratamiento, transporte y disposición final de los residuos, teniendo en cuenta la realidad nacional. Por lo tanto, es importante tomar conciencia y generar proyectos para construir un entorno ambientalmente saludable y seguro para nuestras generaciones futuras.
La educación en ciencias de la salud toma en cuenta cursos que forman a los estudiantes en bioseguridad; del mismo modo, es importante la instrucción sobre la gestión de los residuos radiactivos, tóxicos e infecciosos, producidos desde los mismos centros de atención de salud. Es necesario que se haga transversalmente en la formación biomédica, dentro de los cursos de salud pública, donde se estudian estrategias para implementar programas de salud de diversa índole y donde es posible la participación ciudadana de manera efectiva.
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1 Gobierno Provincial de Chiclayo, Gerencia de Servicios a la ciudad. 2008.