martes, 9 de junio de 2009

"LA IDENTIDAD DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA"


Por Javier Espinoza Escobar
Decano de la Facultad de Derecho

El término identidad hace referencia, entre otras acepciones, al conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás; dicho término nos refiere además la conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás así como el hecho de ser alguien o algo el mismo que se supone o se busca [1]. Estas acepciones son claramente definidoras de lo que filosóficamente se conoce como la esencia, es decir, como aquello que hace que un ente sea lo que es y actúe según lo que es.

Las diversas acepciones del término nos permiten comprender lo que constituye la identidad propia de una Universidad Católica. Según la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae, la Universidad Católica, en cuanto Universidad (Universitas magistrorum et scholarium), constituye una comunidad académica, que, de modo riguroso y crítico, contribuye a la tutela y desarrollo de la dignidad humana y de la herencia cultural mediante la investigación, la enseñanza y los diversos servicios ofrecidos a las comunidades locales, nacionales e internacionales [2].

Sin embargo, para que la Universidad sea realmente lo que es, precisa de unos rasgos constituyentes que la caractericen frente a las demás Universidades, de allí que, en cuanto católica, la Universidad posee como características esenciales: (i) la inspiración cristiana por parte, no sólo de cada miembro, sino también de la Comunidad universitaria como tal; (ii) una reflexión continua a la luz de la fe católica, sobre el creciente tesoro del saber humano, al que trata de ofrecer una contribución con las propias investigaciones; (iii) la fidelidad al mensaje cristiano tal como es presentado por la Iglesia; (iv) el esfuerzo institucional a servicio del pueblo de Dios y de la familia humana en su itinerario hacia aquel objetivo trascendente que da sentido a la vida [3].

De lo anterior se desprende que la Universidad Católica no sólo es una comunidad académica dedicada a la docencia, a la investigación y al servicio a la sociedad sino que dicha comunidad académica como expresión de su constitutivo esencial y en su cotidiano hacer debe inspirarse y realizar sus actividades según los ideales, principios y actitudes católicos [4]. De allí que existe una intrínseca y natural relación entre lo que es la Universidad y lo que ésta debe hacer, caso contrario la Universidad Católica perdería su identidad, lo que es lo mismo, su razón de ser.

Este modo de ser y de actuar de la Universidad Católica y de los miembros que la conforman se desprende de lo que ella es en sí, de su naturaleza, razón por la cual no se trata de una opción que puede tomarse o dejarse sino que constituye una obligación esencial para quien voluntariamente decide incorporarse a aquella; más aún, la Ex Corde Ecclesiae establece la responsabilidad de la Universidad Católica y de cada uno de sus miembros por mantener y fortalecer la identidad católica de la Universidad [5]. Por eso es comprensible, que la Ex Corde Ecclesiae ponga énfasis en la importancia de la contratación del personal universitario adecuado (docentes y administrativos) que esté dispuesto y capacitado para promover tal identidad [6] ya que la identidad de la Universidad Católica va unida esencialmente a la calidad de los docentes y al respeto de la doctrina católica [7].

Finalmente, es evidente que no se podrá mantener ni fortalecer la identidad católica de la Universidad, si la propia Universidad y los que forman parte de ella (personal directivo, docentes, investigadores, personal administrativo, estudiantes y egresados), no son concientes de aquello que caracteriza esencialmente a la Universidad Católica y obran en consecuencia; sólo así podrá hacerse a sí misma y proyectarse a la sociedad sin dejar de ser lo que ella es: una institución que nacida del corazón de la iglesia [8] se consagra sin reservas a la causa de la verdad [9].


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1 Ver Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, vigésima segunda edición.
2 Ex Corde Ecclesiae, I parte, n. 12.
3 Ex Corde Ecclesiae, I parte, n. 13.
4 Ex Corde Ecclesiae, II parte, Normas generales, artículo 2, § 2.
5 Ex Corde Ecclesiae, II parte, Normas generales, artículo 4, § 1.
6 Ibidem.
7 Ibidem.
8 Ex Corde Ecclesiae, Introducción, 1.
9 Ex Corde Ecclesiae, Introducción, 4.