martes, 3 de junio de 2008

Recordando a Emilia y Victoria Barcia Boniffatti: pioneras de la educación infantil en el Perú


Por: Bina Luzmila Pérez Nieto
Profesora adscrita al Departamento de Humanidades.


“Ser maestra en el Perú es una tarea abnegada heroica y sacrificada; en buena cuenta, un ideal, un camino, una ruta que se va forzando, rindiendo un homenaje diario a los niños. Si las maestras de ahora sintieran la pasión que tuvimos nosotras, la educación peruana sería otra cosa y el Perú un país mejor”

Emilia Barcia Boniffatti

Palabras pronunciadas hace más de 30 años que siguen y seguirán vigentes si queremos cambiarle el rostro a nuestra educación.
Han pasado ya 77 años cuando un 25 de Mayo de 1931 empieza a funcionar el primer Jardín Estatal después de una tenaz lucha, logran conseguir la autorización del entonces presidente Augusto B. Leguía, y bajo los frondosos árboles del Parque La Mar, las hermanas Emilia y Victoria extienden sus esteras y empiezan atender a los niños pobres bajo el lema: Todo por amor nada por la fuerza, inspirado en San Francisco de Asís, utilizando materiales donados por gente amiga y ciudadanos de buena voluntad que se sienten impactados y conmovidos por el temple y la garra de estas educadoras.

Así se empieza a escribirse la historia de la especialidad de Educación Inicial: primero consiguen presupuesto, después local, muebles siendo Victoria su primera directora. Cuando aún no se habla de las Inteligencias Múltiples ni de la síntesis mágica de los dos hemisferios, ellas enfocaban su trabajo en la actividad natural del niño, que no debe detenerse sino estimularse al aire libre y en contacto con la naturaleza. Además tuvieron un espacio especial: la danza, el canto, la pintura, la educación corporal y todo ello en el marco de una educación moral y religiosa.

Desde 1935 se dedicaron a capacitar a las docentes en ejercicio y es en el año 1940 que Emilia es nombrada Inspectora General de los Jardines de la Infancia en el Perú viajando por todo el país logrando fundar 333 jardines. En 1959 se crea el Instituto Nacional de Especialización en Educación Inicial y en 1965 organiza el Primer Congreso de Educación Inicial, cerrando con broche de oro su carrera pública, pero continúa activa realizando nuevos proyectos a favor de la niñez y de la maestra jardinera hasta el último día de su vida.

Es conmovedor ver la huella que dejaron estas dos maestras que consagraron su vida al servicio de la niñez; educadas en Europa y amigas personales de María Montessori, Claparede y Frobel, cuyo único objetivo era: regresar a su tierra para trabajar por y para los niños, evidenciando en cada paso la coherencia entre su conducta personal y el rol de maestras con una profunda vocación de servicio.

Murió primero Victoria y después Emilia pobres y un tanto olvidadas pero fueron y serán el mayor y más preciado tesoro que tiene la educación infantil peruana. Sí Emilia y Victoria pudieran hablar ahora nos dirían a las maestras jardines y a los padres de familia: dejen jugar a los niños ya que jugando aprenden. La educación Inicial debe ser vivida, no quemen etapas, dejen que los niños sean felices.