jueves, 12 de junio de 2008

¿PROBIÓTICOS Y PREBIÓTICOS SIN ASESORÍA NUTRICIONAL?





Por: Ruben Asalde Ramos
Docente adscrito al Departamento de Ciencias de la Salud.

En los países latinoamericanos, muchos de los problemas de salud de este siglo son consecuencia de un mal comportamiento alimentario adquirido desde inicios de la globalización, quizá, al asumir costumbres de países desarrollados. Sumado a esto, están los hábitos alimentarios propios de cada región de nuestro país. Uno de ellos es el exceso de ingesta de comidas condimentadas y llenas de grasas saturadas, por ejemplo, el popular “frito” que todavía se suele consumir los domingos en algunas zonas de nuestras provincias lambayecanas. Asimismo, el consumo de comidas rápidas y comidas chatarra, factor decisivo en el incremento de dolencias relacionadas con el síndrome metabólico, como dislipidemias (desorden en el metabolismo de grasas), hipertensión arterial, entre otras.

Somos conscientes de que la modernidad nos ha hecho sedentarios. La historia lo demuestra desde la invención del control remoto. Añadida la falta de ejercicio, es lógico pensar en la aparición de los mencionados problemas de salud. No es raro saber que los mismos problemas se observan incluso en niños. Muestras de ello son los índices de obesidad infantil, registrados en nuestro país a inicios del presente siglo: 28% en el nivel socioeconómico alto y 15% en el bajo1.

Para contrarrestar o evitar los problemas de salud de este siglo causados por la mala alimentación, han aparecido alimentos con probióticos y prebióticos, que la publicidad se ha encargado de promocionarlos. Pero ¿qué es un probiótico y un prebiótico? ¿En qué alimentos los encontramos?

Un probiótico es un microorganismo vivo, principalmente bacteria o levadura, agregado como suplemento a la dieta, que beneficia al hospedador mejorando el balance microbiano de su flora intestinal (Fuller R, 1989). Es decir, un microorganismo que modera o modula el desarrollo de otros microorganismos de la flora, principalmente a través de su colonización en el epitelio intestinal y metabolismo ácidoláctico. Se trata de microorganismos que restablecen el ambiente idóneo para un funcionamiento normal del tubo digestivo, el cual se ve alterado al proliferar en exceso algunas bacterias de la flora intestinal. Los probióticos más utilizados son bacterias del género Lactobacillus (en yogurt y otros productos lácteos acidificados) y Bifidobacterium y levaduras del género Saccharomyces (utilizadas para elaborar pan y cerveza), especialmente Saccharomyces boulardi, prescrita en infantes con problemas digestivos o diarreas frecuentes.

Un prebiótico es un ingrediente alimentario no digerible que afecta de manera beneficiosa al hospedador, estimulando el crecimiento o la actividad de una o varias especies de bacterias del colon2. Existen varios prebióticos como la inulina, presente en el famoso Smallanthus sonchifolius “yacón” y Cichorium intybus “achicoria”; o la lactulosa, un carbohidrato sintético empleado como laxante.

Si bien es cierto los probióticos se emplean para optimizar la fisiología del sistema digestivo y mejorar el metabolismo de nuestros alimentos, es indispensable la asesoría nutricional. En conversaciones con personas que asisten a centros de salud, verificamos cierto abuso en la ingesta de yogurt, por tenerse la idea de que “es bueno para la salud”. Esta idea es cierta, pero debe tenerse en cuenta que los probióticos incluidos en el yogurt generan metabolismo ácido, pues no sería conveniente acidificar más de lo debido un tracto gastrointestinal que puede estar padeciendo alguna inflamación.Por otro lado, se ha verificado que algunos prebióticos, como los fructanos, favorecen la disminución de triglicéridos, colesterol total o lipiproteínas de baja densidad que transportan colesterol (LDL-colesterol o “colesterol malo”)2 y por lo tanto, es posible que se busque el consumo para tal fin; no obstante, es importante que las dosis sean prescritas y supervisadas por el especialista para no generar diferencias significativas que afecten el requerimiento energético de la persona.



1 Pajuelo J & Morales H. La desnutrición crónica, el sobrepeso y la obesidad en niños de 6-9 años en áreas urbanas de Perú. Diagnóstico. 2001; 40: 202-209.
2 Marti del Moral A, Moreno Aliaga Ma J & Martínez Fernández JA. Efecto de los prebióticos sobre el metabolismo lipídico. Ntr. Hosp 2003; XVIII (4): 181-188.