jueves, 12 de junio de 2008

EL CURRÍCULO Y LA UNIVERSIDAD

Por: Nemecio Núñez Rojas
Director del Departamento de Ciencias de la Educación
La formación profesional en las universidades compromete directamente al currículo en el logro de sus propósitos y fines que por encargo de la sociedad tiene.

Data de muchas décadas e incluso centurias, el problema del distanciamiento entre la universidad y la sociedad; cada vez más, la brecha se ensancha, disminuyendo las posibilidades de pertinencia. La universidad, en los últimos años enfrenta problemas complejos como: la masificación, el financiamiento, la internacionalización y la diversificación.

La diversificación, tiene relación directa con el currículo. Los problemas complejos que presenta la sociedad actual, deben ser resueltos en su mayoría por instituciones sociales como la universidad, siendo ésta la que debe liderar el proceso de cambio que favorezca a las grandes mayorías.

Está claro que el elemento dinamizador de la relación entre la sociedad y la universidad es el currículo. Pero, ¿por qué el currículo?, ¿cómo mejorar la pertinencia en la formación de profesionales en la universidades a través del currículo?, ¿cómo diseñar currículos pertinentes a las demandas actuales de la sociedad?. Indudablemente son muchas las interrogantes que podemos formularnos alrededor de este tema.

Solo intentaré dar respuestas a algunas de éstas. El currículo es un término polisémico, es decir que tiene varios significados; sin embargo asumiremos algunos que expresan con mayor criterio lo que se pretende explicar cuando planificamos la formación en las universidades. El currículo constituye un proyecto que se va validando en la práctica; desde el enfoque sistémico, el currículo es un conjunto de sujetos, elementos y procesos que interactúan en el proceso formativo de las personas. Siempre que se asuma una concepción de currículo, tiene que ver con aquello que se planifica a futuro, aunque en la práctica incluye mayoritariamente experiencias y saberes que pertenecen a épocas pasadas.

La formación de profesionales que responda al encargo social, exige que las universidades modifiquen continuamente los perfiles en aquellos aspectos que tienen que ver con los avances científicos y tecnológicos propios de la época, pero al mismo tiempo, debe preservar aquellos valores que determinan la dignidad de la persona y de la sociedad.

Podemos incorporar muchas aristas de análisis a este tema interesante del currículo; sin embargo puntualizaremos aquel que se refiere al diseño curricular. El diseño curricular viene a ser el conjunto de etapas que se siguen para elaborar un currículo. Estas etapas responden a diferentes enfoques y metodologías curriculares derivados de la teoría curricular. Señalaremos estas etapas con una breve explicación de lo que contienen, además que constituyen las invariantes del currículo.

La fundamentación de un currículo es una de las etapas claves, pues aquí se sienta la base filosófica, epistemológica y científica de la formación del profesional, luego se realiza la investigación diagnóstica desde una doble perspectiva, la externa y la interna con la finalidad de asumir un punto de equilibrio en la pertinencia, posteriormente se define el perfil del profesional, las competencias, los contenidos, las metodologías y la evaluación.

Indudablemente que, cada una de estas etapas requieren de un mayor análisis, pero adelanto en precisar que, debe reflejar coherencia interna y coherencia externa del currículo. La coherencia interna se refieren a la relación entre componentes del currículo y la coherencia externa se expresa por la relación de todo el currículo con las demandas de la sociedad, del empleo, del desarrollo.

Todas estas consideraciones teóricas – científicas del currículo son aplicables para el mejoramiento de la calidad en la formación de personas y profesionales en las universidades. Esta es una tarea constante en la cultura académica de los universitarios.