martes, 19 de febrero de 2008

EL ARTE DE ASESORAR UNA TESIS


Por: Mgt. Mirtha Flor Cervera Vallejos
Profesora adscrita al Dpto. de Enfermería
Asesorar una tesis; es el arte de asesorar un trabajo de investigación, que presupone el descubrimiento o creación de conocimientos nuevos, o, también, dar un enfoque diferente al conocimiento, y el artista diestro, en poner las pinceladas, los matices, la combinación de colores, luces y sombras en el arte de investigar - es el profesor universitario, quien es el productor del saber superior, logrado por estudio profundo sin parar como afirma Polo[1] , “hasta que uno muera: estudiar y pensar”.

El profesor que asume una asesoría de tesis, se caracteriza porque: su enseñanza es producto de la investigación, la ejecuta, tiene cierta experiencia en sus técnicas, se identifica con una línea determinada, hurga en la verdad profunda de esa línea, con la ilusión del artista, dirigiendo el pincel con movimientos variados hasta encontrar la mejor combinación , el mejor brillo para su óleo, de igual forma, el profesor asesor, con la experiencia acumulada en su interioridad, renovada por el constante estudio, reacciona y va en busca de la verdad y "Encontrar la verdad no es terminal, sino que despierta una inspiración"
[2]. La inagotabilidad de la verdad impide el estancamiento, el desencanto, el afincarse en el pensamiento débil[3]. "El encuentro con la verdad se transforma en un punto de partida. La verdad encontrada dispara un proceso interior porque es una fuente de inspiración que antes el profesor no tenía.

Esta inspiración le permite orientar al estudiante a pensar con rigor, a una búsqueda sistematizada de datos porque le abre fuentes certeras donde encontrarlas, dirigiéndole como organizarlos; entonces así como le muestra apertura para resolver sus dudas, es exigente cuando nota plagio, corrigiendo con delicadeza y redireccionandole hacia la búsqueda ilusionada de la verdad o cuando observa la ausencia de un verdadero análisis basado en autores. No se contenta cuando hay abundancia de papel escrito sin resultados, sin conceptos propios, sin aportes para el cambio de una realidad problemática; no se desanima, no se conforma cuando el estudiante no responde a las exigencias, sino que vuelve sobre si para reflexionar sus fallas de asesor y retoma fuerza, ahora con un nuevo talento, para volver con la ilusión del artista a mejorar su hacer, sus pinceladas, sin desistir porque frente a él esta el estudiante, quien amará la verdad como parte de su formación.


[1] Leonardo Polo: “El profesor un universitario”. Piura.1996, pag.21
[2]Leonardo Polo, La verdad como inspiración, en La persona humana y su crecimiento, Pamplona 1996, 204
[3]Cfr. Jorge Mario Posada, La física de causas en Leonardo Polo, Pamplona, 1995, 13