Los escenarios diversos tanto económicos, sociales y culturales en el contexto mundial y nacional vienen planteando una serie de retos al sistema educativo, básicamente referido a los procesos de la educación matemática. Todo ello se pone en evidencia en los planteamientos que hiciera la UNESCO (2005), al declarar que el aprendizaje de la matemática es una necesidad social que hay que modificar; es decir, supone fundamentalmente innovaciones en el desarrollo curricular en la educación básica.
Siguiendo a Rico, L.; citado por Castro, E: (2001), la finalidad que justifica la enseñanza-aprendizaje de la matemática en primaria, es lo formativo, práctico e instrumental. En el aspecto formativo la matemática es la disciplina privilegiada para desarrollar la cognición en la persona, expresadas en habilidades de razonamiento, comunicación, representación y solución de problemas.
El aspecto, práctico o funcional, se refiere a las habilidades que los niños y niñas desarrollan cuando solucionan problemas de la vida cotidiana, para lo cual se hace necesario adicionar cada vez más conocimientos matemáticos y tecnológicos, incluyendo situaciones de la vida laboral. Finalmente, la matemática como instrumento es un medio para el estudio de otras disciplinas, debido a su naturaleza está presente en las actividades personales de la vida cotidiana y en los escenarios futuros, laboral y académico.
Sin embargo, estas demandas en nuestro sistema educativo no se vienen satisfaciendo por la concepción matemática que vienen asumiendo los docentes de aula y por la falta de un manejo epistemológico del área, trayendo como secuela una enseñaza centrada en resultados y no en procesos. Por otro lado aún persiste la creencia de que las únicas habilidades y destrezas que se pueden desarrollar se limitan a cálculos algorítmicos, a las demostraciones formales y a la resolución de problemas tipo, en contraposición a lo que refiere el MED (2005) “el panorama de las destrezas procedimentales se debe ampliar a otros procedimientos matemáticos como estimaciones de cálculo y medidas, cálculo mental, manejo de herramientas de cálculo, desarrollo de estrategias, resolución de problemas heurísticos, el pensamiento crítico y creativo”.
Por lo tanto, la educación matemática en la educación primaria para responder a los nuevos escenarios que presenta la actual estructura social, debe considerar lo siguiente:
- Los docentes deben formar el pensamiento matemático en los niños y niñas superando el antagonismo existente entre la transmisión del saber matemático que se viene implementando y la educación matemática que demanda nuestra sociedad del conocimiento, a partir de la implementación de un conjunto de adecuados procesos pedagógicos como: saberes previos, conflictos cognitivos, motivación, procesamiento de la información, reflexión sobre el aprendizaje, para institucionalizar una matemática que humaniza a la persona del estudiante y del docente.
- La docencia no puede esperar que los alumnos aprendan por definiciones o reglas; si no mas bien debe centrarse en la elaboración de conceptos, de significados, resultado de una abstracción vía la capacidad comparativa, con sólidas bases conceptuales y cercanas a la actividad cotidiana del estudiante.
- Es urgente que el docente adquiera en su práctica pedagógica, una visión de la enseñanza de la matemática contemplando no solamente un significado del conocimiento matemático, centrado en la lógica y la presentación formal, sino que necesita además que se considere desde una pluralidad de significados: fenomenológico, diversidad de representaciones y de modelos correspondientes a cada concepto, actividades lúdicas, materiales y recursos manipulativos e historicidad del conocimiento matemático.
- Los docentes, padres de familia y el ámbito de la gestión escolar deben reconocer la importancia de la verificación lógica y matemática de los resultados y procesos; frente a la visión del profesor como única fuente de respuestas correctas; el razonamiento matemático y la argumentación, más que los procedimientos de simple memorización; la conexión de las ideas matemáticas y sus aplicaciones, frente a la visión de las matemáticas como un cuerpo aislado de conceptos y reglas.