lunes, 18 de mayo de 2009

“CABALLITO DE TOTORA”


Por: Adela Chambergo Llontop.
Profesora Adscrita al Departamento de Ciencias de la Salud


Ancestral embarcación marina pre-inca que se sigue utilizando en la pesca

En las playas de la costa norte de Perú, con frecuencia se observan cotidianas escenas de faena de los pescadores artesanales sobre unas pequeñas y rústicas embarcaciones, en posición de rodillas o con las piernas hacia delante, que luego de la jornada recogen sus aparejos (redes, anzuelos, nazas, entre otros) y las especies marinas de pesca; luego la embarcación los trasladan sobre el hombro y las colocan en hileras sobre la arena con las proas mirando al cielo.

Esta ancestral embarcación marina, que data desde la época pre-inca (3 a 5 mil años), es denominada "caballito de totora" y en lengua muchik se la conoció con el nombre de “tup”, y es uno de los símbolos de identidad de la costa norte del Perú. Al parecer el nombre es debido a la peculiar manera con la que los tripulantes se montan sobre estas pequeñas embarcaciones, que los españoles los denominaron caballitos.

Relatos antiguos refieren que los grandes monarcas Naylamp y Takaynamo, fundadores míticos de importantes culturas, llegaron a tierras norteñas navegando en sendos caballitos de totora. La iconografía y la cultura material dejado por los Moches, Sicán y Chimús dan cuenta de su uso en faenas pesqueras habituales y asociadas a rituales marinos.

Los caballitos de totora son ‘tejidos’ por las propias manos de los pescadores artesanales, conocedores de técnicas ancestrales que les permiten armar un caballito hasta en media hora. Estas técnicas de elaboración se han transmitido de generación en generación, que empiezan cortando los tallos de totora y remojándolos en agua para evitar que se quiebren, luego se dejan secar al sol para proceder a juntarlos en dos cuerpos curvados que se atan con sogas del mismo junco o cordeles sintéticos, se termina dándole forma adecuada mediante el recortado; está diseñado para transportar a un navegante, la zona más ancha es la popa que presenta una cavidad destinada a depositar la pesca y los aparejos del pescador, mientras que la proa es estrecha y curva.

El caballito mide entre 3 a 4 m de largo y un ancho de 0,6 a 1,0 m; cuando está seco pesa entre 40 y 50 kg, y puede soportar 200 kg de carga útil. Según la tradición el pescador que no pueda cargar su balsa no debería adentrarse al mar porque no sería capaz de controlarlo. Complementa a la embarcación un remo, generalmente de “caña de guayaquil” partida a lo largo. Los caballitos de totora no suelen durar más de un mes por el tipo de material y el desgaste en el uso, lo cual condiciona a que se renueven cada cierto tiempo. IMARPE reporta que en el año 2008 la captura con el caballito de totora fue 231,1 t de peces, invertebrados y moluscos.

El componente esencial de estas embarcaciones es la planta llamada comúnmente “totora”, que pertenece a la especie Scirpus (Schoenoplectus) californicus, y tiene su distribución en la costa peruana hasta unos 500 msnm. Otra especie, de distribución en la sierra del Perú se asienta en los sistemas lacustre de los valles interandinos entre rangos altitudinales de 2 500 a 3 500 msnm, y pertenece a la especie Scirpus totora. Ambas especies llegan a creer hasta tres o cuatro metros de alto, y son catalogadas como nativas. Esta planta crece de manera natural, pero en la época de los Chimú fue cultivada en el entorno de la ciudadela de Chan Chan (Trujillo) en lagunas artificiales llamadas “wachaques”; es desde aquella época que Huanchaco, Santa Rosa y Pimentel se convirtieron en los más importante lugares de pescadores a caballito de totora que abastecen de especies marinas a los poblados cercanos.

El caballito de totora ha sido declarado por el Instituto Nacional de Cultura (Res. Directoral Nacional N° 648/INC, Lima; 27/08/03) Patrimonio Cultural de la Nación, por ser expresión de la cultura viva que caracteriza a las comunidades asentadas en el litoral del norte peruano y que contribuye a la identidad regional y nacional.


----------
Navegando los mares en el Caballito de Totora (2005), Museo Nacional de la Cultura Peruana