miércoles, 25 de marzo de 2009

“DISEÑO CURRICULAR DE EDUCACIÓN BÁSICA 2008 Y DEMANDAS EN EL ÁREA DE MATEMÁTICA”


Por: Julio Rojas Chávez
Profesor adscrito al Departamento de Ciencias de la Educción

En el marco de los lineamientos del sector Educación el 15 de diciembre del 2008, se aprobó el Diseño Curricular Nacional (DCN) para la Educación Básica Regular. El mismo que se viene aplicando desde el presente mes a nivel nacional. No se trata de uno nuevo, sino de revisiones relacionadas con el desarrollo curricular, resultado de un proceso técnico de actualización, mejoramiento y articulación, tendientes a alcanzar los propósitos de la educación al 2021; los procesos pedagógicos de diseños curriculares por competencias, logros de aprendizaje en oposición a demandas acumulativas de contenidos y la centralidad de la persona. En el presente artículo se reflexiona sobre dichas revisiones, centrando el interés en el área de Matemática en el nivel de Educación Primaria; situación que permite sostener que mejorar la educación matemática requiere no sólo de documentos normativos, si no también del cambio de actitud de los docentes como agente fundamental del proceso educativo.

El DCN 2008 mantiene los fines, objetivos y principios de una educación humanista, con un enfoque socio-cultural, cognitivo y afectivo; basado en un tratamiento pedagógico holístico que implica el desarrollo articulado de las competencias (capacidades, conocimientos, valores y actitudes) para favorecer el despliegue de las potencialidades de la persona.

Asimismo, el DCN (2008: 186); sostiene que el fin fundamental de la educación matemática es el desarrollo de capacidades, las que estaban explicitadas para cada grado; es decir, los procesos transversales de Razonamiento y Demostración, Comunicación Matemática y Resolución de Problemas. Estas capacidades se repiten a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, tanto para aprender como para usar la matemática.

El DCN (2005: 122-129) consideraba por un lado las capacidades de área como la configuración de sistemas de capacidades más específicas, interrelacionadas, que describen la actividad mental de la persona (operaciones mentales para generar o emplear el conocimiento matemático). Por otro, las competencias y capacidades, las que hacen referencia a procesos cognitivos y contenidos para activar las estructuras mentales y aprender significativamente.

En cambio el DCN 2008, no presenta las capacidades en términos de operaciones mentales, si no más bien presenta una lista de competencias por ciclo y para cada uno de los organizadores: números, relaciones y operaciones; geometría y medida; estadística; se agrega, en forma puntual, capacidades, conocimientos y actitudes, por grado y para cada organizador. Complementándose de esta manera la articulación iniciada en el 2005; y, los logros educativos por niveles y ciclos, como uno de los elementos articuladores en los tres Niveles Educativos, distribuidos en áreas de desarrollo para atender las diferentes dimensiones de la persona.

En suma se puede decir que los procesos de cambio suscitados en los DCN desde el 2005 facilita el trabajo pedagógico en aula. Sin embargo, en la práctica, como viene sucediendo (diseños del 2000 y 2005), si no se da el tratamiento adecuado a la interacción en el aula, integrando conocimientos, capacidades y actitudes, se corre el riesgo de orientar el proceso al aprendizaje de contenidos o de habilidades matemáticas específicas (procedimientos algorítmicos y reglas), si se centra el interés, respectivamente, en los conocimientos o capacidades, tomados aisladamente. El tratamiento pedagógico anterior va en desmedro del desarrollo de habilidades generales de pensamiento, cuyo logro implica la práctica reiterada y sistemática de los procesos característicos del área.

Por lo tanto la educación matemática debe, fundamentalmente, hacer hincapié en el aspecto formativo a fin de contribuir al desarrollo del pensamiento, para lo cual es necesaria como factor decisivo la ejecución curricular. Además se necesita un docente con actitud de cambio, que comprenda que los contenidos y métodos son medios para desarrollar habilidades de pensamiento y valores, herramientas para aprender a aprender durante toda la vida.