martes, 9 de diciembre de 2008

“CUIDAR DE UN SER HUMANO ES ALGO MÁS QUE ATENUAR SUS NECESIDADES DE TIPO SOMÁTICO”


Por: Mary Susan Carrasco Navarrete.
Profesora adscrita al Departamento de Ciencias de la Salud


Para llevar a cabo el ejercicio del cuidar en enfermería se requiere un conocimiento integral y global de la persona, pues el desarrollo de los cuidados no se refiere exclusivamente a determinadas facetas sino a su totalidad. La persona es una estructura total, plural en su interioridad, pero organizada como un todo, ella no podría limitarse a su riñón, o a su mente sino que es la suma de sus partes aisladas, pues en la integración entre los distintos elementos aparece el ser humano [1].

La persona como totalidad es una subjetividad propia, que le pertenece y posibilita tomar decisiones libremente, tiene conciencia de si misma, de los demás y del mundo con quien se relaciona. Como ser unitario estructural, integra elementos extrínsecos y posee una faceta interior, que le da unidad o totalidad al conjunto, integrándolo al mundo de los valores y principios fundamentales de la vida y de la sociedad. La enfermera al conocer esta faceta le permitirá saber cuales son las creencias, valores o la fe de quien cuida, sobre todo si se encuentra en graves condiciones, pues ello aportará una ayuda más singularizada y personalizada.

También la persona, es una estructura plurirrelacional e indigente, en este sentido, no esta solo ni aislado en el conjunto del universo, sino estableciendo vínculos, de modo explicito o implícito con su entorno. Es una estructura indigente por ser frágil y quebradizo, no solo en su génesis, sino también en su desarrollo vital y lo es desde muchas perspectivas, tiene una serie de necesidades, conduciéndole a cumplir una serie de obligaciones para poder realizarse; su estructura personal es débil y necesita constantes esfuerzos para subsistir y desarrollarse integralmente. Por tanto la enfermera deberá conocer las necesidades humanas no solo de tipo orgánico sino aquellas que van más allá de la relación con la vida física.

Estas últimas necesidades son mucho más difíciles de conocer y enumerar que las del cuerpo, sin embargo, deben conocerlas y satisfacerlas, pues cuidados de calidad exige un conocimiento transversal de las necesidades humanas. Cuidar de un ser humano es algo más que atenuar sus necesidades de tipo somático. Consiste fundamentalmente, en percibir todas sus necesidades y velar por ellas para poder cuidarle mejor y en lo que necesita, pues el hombre nunca es medio para un fin, sino fin en sí mismo

Por último en el acto de cuidar, la enfermera se singulariza respecto a otras áreas de las ciencias de la salud y de la asistencia. Pues la inclinación a cuidar no se transmite de generación en generación o a través de los genes, sino mediante el cultivo de la profesión que suele ser impartido en las universidades formadoras de profesionales enfermeros.

Es así como, Enfermería en la USAT, es una comunidad académica, que, de modo riguroso y crítico, contribuye a la tutela y desarrollo de la dignidad humana y a la herencia cultural mediante la investigación, la enseñanza y los diversos servicios ofrecidos a las comunidades locales, nacionales e internacionales. Gozando de autonomía institucional que es necesaria para cumplir sus funciones eficazmente y garantiza a sus miembros la libertad académica, salvaguardando los derechos de la persona y de la comunidad dentro de las exigencias de la verdad y del bien común [2]. Contribuyentes al enriquecimiento del saber humano.

[1]
Torralba Francesc i Rosselló, Antropología del cuidar Editorial MAPFRE 1,988
[2]Ex Corde Ecclesiae I Parte,12