Por: Willam Antonio Ruiz Coronado
Profesor adscrito al Dpto. de Ciencias empresariales
Algunas veces habrás experimentado sentir lo que le pasa a otro. Sonreír si alguien sonríe, llorar al ver una película, etc. Los científicos han identificado la existencia en nuestro cerebro de un tipo de neurona especial llamada espejo. Esta neurona se activa por la acción o emociones de otros, haciéndonos sentir dicha acción o emoción como si nosotros la hubiéramos efectuado. Keysers ha demostrado en sus investigaciones que la culpa, la vergüenza, el orgullo e incluso la humillación se reflejan, a partir de nuestras neuronas espejo hacia las neuronas espejo de la persona con quien se interactúa en esos momentos y -por lo tanto- ésta siente lo que sentimos.
En el campo del liderazgo se ha demostrado que las neuronas espejo son las responsables de la eficacia del líder. Un jefe que sonríe y es exigente logra mejores resultados en sus colaboradores que aquel que exige y nunca sonríe ante sus colaboradores. Goleman expresa que otros estudios han demostrado que el buen humor del jefe reflejado por sus neuronas espejo hacia sus colaboradores ayuda a estos ha absorber información en forma eficaz y a responder ágil y creativamente. La capacidad para activar neuronas espejo positivamente en otros se le ha llamado inteligencia social.
Ya sabes, si quieres lograr alto desempeño en tus colaboradores (trabajadores o estudiantes) debes fortalecer tu inteligencia social: la forma de entregar el mensaje es más importante que el mensaje mismo. Esto se sustenta en investigaciones como las llevadas a cabo por Marie Dasborough, quien al observar que los trabajadores que recibían un feedback positivo sobre su desempeño, acompañado con expresiones faciales desagradables dijeron que se habían sentido peor acerca de su desempeño que aquellos trabajadores que recibían un feedback negativo acompañado con expresiones faciales agradables.
En conclusión, al tratar de explicar el liderazgo debemos tener en consideración, no sólo los rasgos o conducta del líder; si no también, la influencia de su cerebro en la activación de las neuronas de sus seguidores. En palabras de Roger Martin: Buscamos lecciones en los actos de los grandes líderes. En cambio, deberíamos examinar qué ocurre en su mente…
En el campo del liderazgo se ha demostrado que las neuronas espejo son las responsables de la eficacia del líder. Un jefe que sonríe y es exigente logra mejores resultados en sus colaboradores que aquel que exige y nunca sonríe ante sus colaboradores. Goleman expresa que otros estudios han demostrado que el buen humor del jefe reflejado por sus neuronas espejo hacia sus colaboradores ayuda a estos ha absorber información en forma eficaz y a responder ágil y creativamente. La capacidad para activar neuronas espejo positivamente en otros se le ha llamado inteligencia social.
Ya sabes, si quieres lograr alto desempeño en tus colaboradores (trabajadores o estudiantes) debes fortalecer tu inteligencia social: la forma de entregar el mensaje es más importante que el mensaje mismo. Esto se sustenta en investigaciones como las llevadas a cabo por Marie Dasborough, quien al observar que los trabajadores que recibían un feedback positivo sobre su desempeño, acompañado con expresiones faciales desagradables dijeron que se habían sentido peor acerca de su desempeño que aquellos trabajadores que recibían un feedback negativo acompañado con expresiones faciales agradables.
En conclusión, al tratar de explicar el liderazgo debemos tener en consideración, no sólo los rasgos o conducta del líder; si no también, la influencia de su cerebro en la activación de las neuronas de sus seguidores. En palabras de Roger Martin: Buscamos lecciones en los actos de los grandes líderes. En cambio, deberíamos examinar qué ocurre en su mente…