jueves, 5 de noviembre de 2009

“LA PERSONA” EN UNA ORGANIZACIÓN


Por: Fernando Cubas
Director del departamento de Ciencias de la Salud


Considero que es imposible pensar en organizar o reorganizar cualquier institución o área de trabajo sino se tiene claro el rol de la persona, y para poder entender este aspecto se debe poseer al menos una definición clara sobre ¿qué o quién es la persona?

“La persona humana es “alguien”, con libertad de actuación, poseedora de dignidad que le confiere derechos, al mismo tiempo es un ser corpóreo y espiritual, compenetrada su uni-totalidad en un solo ser” Sgreccia (2009), con capacidades de donde se desprenden sus motivaciones, es un sistema abierto capaz de lograr la perfección a base de auto conocerse y exigirse, buscando en el tiempo un perfil de excelencia decidiéndose seguir por el bien.

En este sentido y según las afirmaciones de Chester Barnard “…la respuesta adecuada a esta pregunta es crucial, pues tratamos a las demás personas y a nosotros mismos de acuerdo con la idea que tenemos de lo que es el ser humano. Lo preocupante es que si no tenemos una idea acertada podemos acabar destruyéndola”.1

Por otro lado, resulta importante considerar como las propias personas son las culpables de lo bueno y de lo malo que pasa en una organización, por decirlo de alguna manera, es por eso que debemos de tener un especial cuidado, al momento de elegir con quien vamos a trabajar y deberá ser la preocupación más importante en la organización o área de trabajo, por ser las personas el “bien activo más valioso con el que una empresa puede contar”. 2

Un ejemplo donde se puede apreciar la importancia que se les da, es el tiempo dedicado a la evaluación o “concurso” para ingresar a trabajar en una institución: se hace un calendario, se evalúan expedientes, entrevistas, y esto por lo general se debe realizar en 15 días. Ahora, comparemos ¿cuanto tiempo se demora una empresa en adquirir un equipo de última generación valorizado en 2 millones de nuevos soles?, primero se hace una propuesta, debe tener el visto bueno del director inmediato, luego el visto bueno del Directorio en pleno, se cotizan proformas, se hacen las investigaciones respectivas, se analiza la producción que tendrá el equipo, en cuanto tiempo debo recuperar mi gasto, si el banco me puede ayudar, etc., en este proceso pasaron entre 2 a 3 meses, considerando el menor tiempo. Entonces preguntémonos ¿estoy considerando a la persona como lo más importante en mi institución?

Antes de responder , se debería reflexionar acerca de lo siguiente: la persona que vamos a evaluar ¿donde va a laborar?, ¿que tarea se le va asignar, ¿cuales serán sus funciones?, ¿cuales son sus necesidades?, ¿cuanto le podemos ofrecer (económicamente hablando)?, ¿cuanto tiempo deseo que trabaje en la empresa (para analizar la inversión)?, ¿que aspiraciones tiene, si tiene familia o no?, percibir su interés de crecimiento profesional y personal, si está acorde con el crecimiento institucional, y además se deben tener encuenta sus talentos. Ahora bien, posterior a estas reflexiones se puede responder, si la empresa, cuenta con criterios claves, al momento de elegirlas, entonces será consecuente con el concepto que tiene sobre ellas.

A todo esto, hay que añadir la existencia en las instituciones de áreas denominadas “Dirección de Personas” las cuales no tienen solamente funciones de gestión administrativa sino que representan áreas clave para el crecimiento y sostén de una organización que piensa en trabajar a mediano y largo plazo, con estrategias específicas para cumplir objetivos trazados. Al llegar a este punto, es importante ser como nuestra Universidad conciente de este tema, va capacitando a sus trabajadores para que sean mejores personas a través de cursos que ofrece el Instituto del Matrimonio y Familia, el Centro de Investigación en Bioética, la Dirección de Persona y Cultura. Son también los Decanos, Directores de Escuela y de Departamento los que deben asumir este rol, tener bien clara la definición de persona, las necesidades materiales, cognitivas y afectivas que como institución debemos cubrir, la motivación que debemos mantener, y la preocupación permanente por seguir formando a nuestros profesores en lo académico y personal.

Para terminar, debemos saber que ser parte de una organización es SER la organización, seamos todos USAT.

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[1]Ferreiro P, Alcázar M. Gobierno de Personas en la Empresa. Tercera Edición. Barcelona: Editorial Argentina; 2002
[2]Baguer A. Las 10 R en la Dirección de Personas. En: Rev. Personas. 2009; 3; 18 – 20. Escuela Superior de Ingenieros TECNUN. Universidad de Navarra. España.