Por. Lisbeth Sánchez Oliva
Profesora adscrita al Departamento de Ciencias de la Salud.
La universidad, como ente educativo, está orientada a ofrecer la formación integral de sus estudiantes, en su dimensión académica, profesional, personal y también social. Existe ya una conciencia creciente de que esta institución educativa necesita dedicar más recursos a su función de asesoramiento y orientación de sus estudiantes durante todo el período de estudios. (Ferrer, 2003; García, 2008)
“La tutoría universitaria innovadora puede ser una buena y eficaz herramienta que contribuya a lograr mediante la adquisición, integración y aplicación de un conjunto de competencias, que han de poseer y practicar todos los estudiantes universitarios como certificación de su capacidad, formación y valía profesional” (Cano citado por Palomero, 2008).
En la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, las docentes Gónzales y otras (2007) realizaron una investigación titulada “Tutoría y Plan de Desarrollo Personal”, cuya conclusión fundamental fue la necesidad de fomentar en el alumno un plan de desarrollo personal. Para ello, es imprescindible contar con un sistema de tutoría personalizado y permanente.
“Los estudiantes requieren de un Plan de Desarrollo Personal que incluya metas y acciones de corto, mediano y largo plazo; para lo cual se necesita el funcionamiento de un sistema de tutoría personalizado en el que los profesores desempeñen el rol de tutores de una manera permanente y con horas destinadas para este fin.” En este sentido es importante desarrollar en los profesores universitarios una nueva cultura dirigida a la formación integral de los estudiantes como es la acción tutorial.
La acción tutorial juega un papel muy importante por ser de carácter permanente e interdisciplinario, encaminado a prevenir y contribuir a la formación integral del estudiante universitario, de tal manera que lo convierta en agente transformador de sí mismo y de su contexto.
Las acciones tutoriales deben ser el resultado de un trabajo en equipo, en el cual se diseñen y planifiquen en forma coordinada los programas de intervención, orientados a potenciar y desarrollar habilidades para la investigación, aprendizaje, y desarrollar valores y actitudes mediante procesos motivacionales, que les permitan a los estudiantes concluir satisfactoriamente su formación universitaria, proyectada en la vida laboral y en el servicio a los demás, teniendo en cuenta en sus actuaciones la responsabilidad de sus actos y la coherencia de vida.
En síntesis, la tutoría cumple un rol fundamental como servicio de acompañamiento y orientación a los estudiantes a lo largo de su formación integral, de tal manera que lo transforma en un ciudadano capaz de tomar sus propias decisiones avaladas en su formación en valores que lo ayudarán a perfeccionarse como persona.