Por: Norma del Carmen Galvez Díaz.
Profesora Adscrita al departamento de Ciencias de la salud
Profesora Adscrita al departamento de Ciencias de la salud
El hombre es un ser engendrador de Cultura. Puede decirse que es la actividad más antigua que ha llevado a cabo y que contribuye esencialmente a su formación. Esta formación a través del tiempo resulta una acumulación de conocimientos y un pensamiento formativo en todos los terrenos tanto científico como filosófico, artístico, del modo de vida y de pensamiento, ideológico, político, histórico y, en fin, en todos los aspectos de la vida que conforman la civilización.
Pero todo esto no es posible si no fuera el hombre un ser social. Por lo que la cultura es un “fenómeno eminentemente social”. La Enfermeria es una de las Ciencias Sociales que definitivamente se involucra cotidianamente con la diversidad cultural de las personas a quienes cuidamos sea en las comunidades, así como también en los hospitales.
Entonces, ¿Cómo comprender el sentido del concepto de Cultura? Si se toma el diccionario de la lengua española se distinguen distintas acepciones, desde “conjunto de los valores espirituales y materiales creados por la humanidad en el curso de la historia”,“nivel de desarrollo alcanzado por la sociedad en la instrucción, la ciencia, la literatura, la moral, el arte, la filosofía etc. y las instituciones correspondientes” hasta “cultivo y cuidado de cualquier planta”.
La relación de la enfermería con la cultura y con la antropología es de larga data. Estudiantes y profesionales durante su formación y en la práctica cotidiana en hospitales, centros ambulatorios y comunidades, utilizan conceptos como cultura, valores, prácticas, creencias o estilos de vida y herramientas metodológicas como entrevistas a profundidad, observación participante y grupos focales, provenientes todos ellos de la tradición disciplinar de la antropología, esta relación enfermera-cultura llama la atención cada vez más a los estudiantes cuando eligen temas de investigación que se relacionan directamente con la cultura de los pueblos y como ella se relaciona con la salud de sus pobladores. Esta situación contrasta con el desarrollo de la enfermería transcultural en diversos países donde la competencia cultural se considera una condición necesaria para el cuidado de enfermería a las personas.
Esta competencia significa que la enfermera sea capaz de conocer la perspectiva cultural, los valores, conocimientos y las necesidades de los pacientes, con el fin de realizar acciones congruentes y respetuosas de esa diversidad. En este sentido, la cultura como lente de mirada no sería un campo especializado de la enfermería, sino más bien y como lo propone Leininger "se trata de lograr que los conocimientos y la práctica de enfermería tengan una base cultural y una conceptualización, una planificación y una aplicación basadas en la cultura", así, la comunicación intercultural facilitará la diversidad cultural, la cual no sólo tiene un valor inconmensurable por sí misma, como reflejo de creatividad y del potencial humano, sino que también constituye una herramienta fundamental para la resistencia y la autoconfianza.