miércoles, 2 de abril de 2008

MEDICINA BASADA EN EVIDENCIAS: UN RETO EN LA FORMACIÓN MÉDICA ACTUAL


Dr. Jorge Luis Ortiz Millones
Director de la Escuela de Medicina.

Medicina basada en evidencias, (MBE), “Evidence based medicine”, es una moderna metodología médica revelada en un artículo científico por un grupo de médicos investigadores de la Universidad de Mc Master, Canadá, liderados por David Sackett y Gordon Guyatt, publicado en la revista Journal American Medical Association (JAMA ).

Según Sackett, la MBE consiste en el uso consciente, explícito y juicioso de las mejores pruebas disponibles en la toma de decisiones sobre la atención integral de cada paciente. El foco es el paciente y no sólo su enfermedad o proceso. Por eso, desde la realización de un diagnóstico efectivo y eficiente hasta la elección de la mejor opción terapéutica, se identifican y consideran sus derechos, sus principios y sus preferencias. La MBE reúne la mejor evidencia científica, la experiencia clínica y los valores y preferencias de los pacientes.

La práctica clínica supone tomar decisiones constantemente, dar consejos y hacer recomendaciones, pero raras veces con absoluta certeza, pues convivimos a diario con la incertidumbre. Y ¿qué ocurre con los conocimientos del médico, adquiridos durante su formación médica? Por lo general, ya han perdido vigencia, así como la información contenida en los libros de texto, cuestionable al cabo de un tiempo. La cantidad de publicaciones y fuentes de información es enorme; y nuestro tiempo, conocimientos y medios para localizar, leer, interpretar y asimilar lo publicado no son suficientes.

En un artículo publicado en JAMA, en el año 2001, se detalla el cálculo de lo que un internista necesitaría leer para mantener su conocimiento, 20 artículos diarios ¡todos los días del año! A pesar de que la disponibilidad de revisiones sistemáticas y guías reduce la necesidad de lectura de artículos originales, todavía resulta muy difícil mantener el ritmo.

El continuo desarrollo de innovaciones promete constantemente una atención sanitaria más efectiva y segura. Se publican más de 10,000 ensayos o investigaciones clínicas cada año. Sin embargo, la introducción y aplicación de este conocimiento en la práctica presenta muchas dificultades, con lo que no se aprovecha en gran medida. La consecuencia inmediata es que existe una enorme cantidad de conocimientos que no se aplican o utilizan, numerosas innovaciones contrastadas con rigor que se diseminan muy lentamente, de forma que los avances no están limitados por el ritmo de los descubrimientos, sino más bien por el de su implantación, con la consiguiente repercusión en la calidad de la asistencia médica.

Así pues, parece claro que la buena investigación es necesaria, pero no suficiente para mejorar la práctica clínica. Asumimos que los resultados de la investigación se difunden de forma cercana al clínico, y que éste tiene acceso fácil y regular a esta información, además de poseer los conocimientos y capacitación para interpretarla y hacer una valoración crítica sobre ella. Sin embargo, a diario, comprobamos que la bibliografía médica todavía no está muy bien organizada ni es asequible para la toma de decisiones.

En este contexto, el principal valor de la MBE es el de ser una herramienta que trata de cuantificar y calificar qué dato o qué estudio tiene mayor validez; una herramienta que aclara la mejor forma de usar y aplicar “la evidencia”, y facilita su traslación a la práctica.

La MBE es considerada una nueva herramienta, necesaria y útil para el médico de nuestros tiempos. Su aplicación requiere tres elementos fundamentales: 1) un plan de estudios que sustente el desarrollo de esta competencia, con asignaturas como: Estadística, Metodología de la Investigación, Epidemiología y Clínica Médica; 2) profesores entrenados en el uso adecuado de esta técnica, y 3) estudiantes motivados para la búsqueda, interpretación y juicio de la literatura médica. De la totalidad de Escuelas de Medicina del Perú, solo dos han considerado esta competencia en la formación de sus estudiantes.


Sin embargo, la MBE es una respuesta a las necesidades y demandas de mejora de la calidad de la atención médica. Pretende disminuir el tiempo transcurrido entre los descubrimientos médicos (a través de la investigación) y su implementación, así como promover la competencia profesional, optimizando el tiempo que los profesionales requieren para mantener su práctica al día. Su estrategia se fundamenta en el aprendizaje de una metodología y en la búsqueda y aplicación de información científica y de protocolos y guías desarrollados por otros.


La Escuela de Medicina de la USAT ha considerado el logro de la competencia para la lectura crítica de la literatura médica (MBE) en sus estudiantes, a través de su currículo, profesores y tecnología informática, así como del apoyo de la futura Unidad de Epidemiología Clínica, lo que permitirá a sus futuros médicos “practicar la Medicina con ciencia, arte y ética”, elementos esenciales exigidos por la sociedad actual.



ReSackett DL, Haynes RB, Tugweell P. Epidemiología clínica. Una ciencia básica para la medicina clínica. Ed. Díaz de Santos, Madrid, 1989.