jueves, 15 de mayo de 2008

Aprender en la virtualidad




Fiorela Anaí Fernández Otoya
Profesora adscrita al Departamento de Ciencias de la Educación


Las implicancias de las nuevas tecnologías de la información y comunicación en la educación toman diversos matices para descubrir y desarrollar nuevas maneras de enseñar y aprender. La virtualidad es un concepto que, sin ser lo mismo, va asociado a este impacto tecnológico en el mundo educativo, cuya aplicabilidad trae consigo un beneficio a la educación y a otros sectores; es decir, a través de ello se promociona un espacio nuevo que la informática y las telecomunicaciones han puesto a nuestro alcance. La reflexión sobre este aprovechamiento educativo de los ambientes virtuales no ha hecho más que empezar. Hoy en día se están desarrollando investigaciones sobre esta importante temática debido a las demandas de la sociedad actual.

Es importe resaltar que son varios los elementos que interactúan en un entorno virtual, tal es el caso de los materiales didácticos multimedia creados por el profesor para posibilitar el aprendizaje en los estudiantes, son un buen ejemplo del tipo de recursos que podemos emplear para explotar al máximo la educatividad del medio virtual. Pensar, planificar, diseñar, elaborar y poner en práctica buenas acciones formativas basadas en la tecnología multimedia que nos permitan sacar el mejor provecho de la interacción en un entorno virtual de aprendizaje no es sencillo y a ello se acopla la calidad de la tutoría virtual, es decir el tutor(a) es la pieza clave ya que su rol es motivar, conducir u orientar permanentemente los procesos que el estudiante debe seguir para lograr las competencias requeridas en una asignatura.

“La tecnología que hace posible las comunidades virtuales tiene la posibilidad de acercar a cualquier ciudadano un poder enorme a un coste relativamente bajo: poder intelectual, social, comercial, etc. Pero la tecnología no llenará este potencial por sí mismo; este poder técnico latente tiene que ser utilizado inteligente y deliberadamente por una población informada. Todo el mundo tiene que informarse sobre este poder y aprender a utilizarlo, mientras todavía tengamos la libertad de hacerlo, para estar a la altura de su potencial” (Howar Rheingold).

El potencial de la virtualidad radica en la imaginación o en las ideas de las personas, dado que la tecnología nos brinda la oportunidad de vislumbrar, reconstruir la imaginación; es decir, hacer realidad visual nuestras ideas. Es lo que llamamos la realidad virtual, pero todavía podemos ir más allá a través de esta tecnología ya que se pueden formar comunidades virtuales, las mismas que permiten la interacción humana a través de herramientas asíncronas tales como el correo electrónico, foros, anuncios, etc, los cuales no requieren un tiempo real es decir una coincidencia de tiempo ni espacio. Por experiencia propia puedo decir, que ser integrante de una comunidad virtual: UNED-España, es un gran desafío: primero porque las personas que interactúan tienen sus propios pensamientos, su propio estilo de aprender y enseñar, de transmitir un mensaje, su estilo de sociabilidad, de diseñar proyectos, etc, pero sobre todo tener el compromiso de mantener activa a la comunidad virtual a través del uso óptimo de las diferentes herramientas tipo sincrónicas y asincrónicas que nos ofrecen esta maravillosa realidad virtual.