Por: Mauricio Serrudo Arze
Director de la Escuela de Administración Hotelera y De Servicios
La crisis originada en los estados unidos y que está teniendo diferentes repercusiones en todo el planeta tiene orígenes estructurales y de fondo que no pueden ser reducidos al simple hecho del asunto del otorgamiento de malos créditos hipotecarios. Factores como el cambio en la supremacía económica mundial, la pérdida de competitividad por parte de las mayores empresas de los EUA, su inmenso déficit como país, la crisis de su sistema de pensiones y salud, el gasto inmensurable de la guerra, la nefasta tendencia hacia la especulación financiera carente de sustento real, la pérdida de valores morales, son factores que contribuyen a comprender mejor el origen de la crisis en EUA. Como lo señaló la presidenta chilena Michelle Bachelet cuando dijo que “La crisis se debe a la codicia de unos pocos y a la desidia política” y resulta particularmente triste ver como se plantean rescates financieros descomunales (ya superan los USD 900,000 millones) dinero que tranquilamente podría desaparecer ¡el problema del hambre a nivel mundial!.
¿Cuál va a ser el efecto de la crisis mundial en el Perú? es la pregunta que muchos intentan contestar y para la cual no existe respuesta definitiva. En lo que los especialistas coinciden es en que vamos a seguir creciendo, un poco menos de lo proyectado y que en líneas generales vamos a ser de los países menos afectados. El tema de fondo es que continuamos creciendo y sin embargo subsisten asuntos cruciales que no están mejorando significativamente, como la pobreza, la desnutrición infantil, entre otros. Tenemos la oportunidad de detenernos a pensar en lo realmente importante y dejar simplemente de reaccionar a lo urgente e inmediato. Desde el punto de vista empresarial vienen a mi mente las palabras competitividad e innovación y no podría estar más de acuerdo con el Sr. Anand Chandrasekher, vicepresidente de Intel, cuando dijo que algunas de las mejores innovaciones de la historia han surgido en tiempos de crisis y que si no se innova hoy en día se muere.
El párrafo anterior cobra mayor relevancia cuando analizamos los TLC, tanto el firmado con EUA como el que se está concretando con Chile y pronto con la China, en el sentido de que es necesario comprender que estos acuerdos comerciales no son una solución por si mismos, son simplemente una oportunidad, y será aprovechada por aquellos que sepan mejorar su oferta exportable y elevar su competitividad a estándares internacionales. Esta competencia será feroz porque comprensiblemente muchos de los mercados afectados por la reducción de su consumo interno buscarán activamente otras plazas. En lo que respecta a la actividad hotelera y turística – mi especialidad - considero que es necesario enfocarnos tanto en los efectos inmediatos de la crisis como en elaborar y continuar con firmeza hacia una visión para el largo plazo y no me parece descabellado plantear que es importante pensar incluso en proyectarnos para “después de la crisis”.
Analizando el corto plazo y los efectos inmediatos de la crisis en las actividades turísticas considero que reunimos una serie de condiciones que harán que el impacto sea menor que en destinos masivos como el Caribe, Miami y otros similares. En primer lugar hay que tener en claro que el Perú no es un destino masivo sino más bien un destino de nichos y debe ser desarrollado como tal; en este sentido debemos posicionarnos como un destino selecto, diverso y exclusivo lo cual nos permitirá captar turistas con mayor poder adquisitivo y de diferente nivel socioeconómico al que suele ir a los destinos mencionados anteriormente. Actualmente se están implementando algunos planes interesantes para incrementar el arribo de visitantes a ciudades como Cusco, Arequipa y Puno, como el programa “Sale Perú” que permitirá incrementar en 40,000 visitantes (entre nacionales y extranjeros) las 200,000 visitas que normalmente recibe la ciudad imperial entre Febrero y Mayo.
Estamos ante una excelente oportunidad para desarrollar nuestro turismo interno, lo cual nos preparará para manejar mejor el receptivo. Países como Chile están impulsando mucho su turismo interno, nosotros deberíamos hacer lo mismo y reforzar nuestra presencia en la región ya que según la OMT [1] Europa va a ser uno de los destinos más afectados y muy posiblemente no solo no crezca en cuanto a número de visitantes respecto al período anterior, sino que podría experimentar un leve retroceso, mucha gente al ver afectado su presupuesto no viajará por tanto a Europa y si a nivel de Sudamérica, nuevamente la coyuntura internacional nos ofrece una oportunidad muy interesante.
En segundo lugar entre los inversionistas existe una percepción favorable hacia nuestro país, lo cual explica las importantes inversiones en estructura hotelera que se están desarrollando en diferentes partes del Perú. En el APEC se habló de una inversión de USD 1,500 millones sólo hasta el 2,010, en el Cusco hace muy poco se anunció que se invertirán algo más de USD 3,000 millones hasta el 2,015 y que recibirán –así estén listos o no- cerca de 4 millones de turistas para entonces. El reto inmediato por lo tanto es realizar una planificación integral que permita establecer una colaboración efectiva entre los diferentes actores privados y estatales a fin de eliminar pérdidas de tiempo producidas por la burocracia, por la poca flexibilidad para tomar decisiones y delimitar de manera clara las responsabilidades y prioridades del estado en su apoyo al sector. En este sentido sería muy útil analizar las medidas tomadas por otros países exitosos en su accionar turístico y determinar cuáles podrían adaptarse a nuestra realidad, para esto requerimos un enfoque objetivo y humilde, desprovisto de cualquier autosuficiencia, solo así podremos identificar las oportunidades que nuestro país necesita aprovechar y desarrollar con urgencia.
Quisiera terminar citando a un gran hombre respecto a las crisis:
“Cuando se escribe en chino la palabra “Crisis” está compuesta de 2 caracteres, uno representa peligro y otro oportunidad”
John F. Kennedy, 12 Abril, 1959.
¿Cuál va a ser el efecto de la crisis mundial en el Perú? es la pregunta que muchos intentan contestar y para la cual no existe respuesta definitiva. En lo que los especialistas coinciden es en que vamos a seguir creciendo, un poco menos de lo proyectado y que en líneas generales vamos a ser de los países menos afectados. El tema de fondo es que continuamos creciendo y sin embargo subsisten asuntos cruciales que no están mejorando significativamente, como la pobreza, la desnutrición infantil, entre otros. Tenemos la oportunidad de detenernos a pensar en lo realmente importante y dejar simplemente de reaccionar a lo urgente e inmediato. Desde el punto de vista empresarial vienen a mi mente las palabras competitividad e innovación y no podría estar más de acuerdo con el Sr. Anand Chandrasekher, vicepresidente de Intel, cuando dijo que algunas de las mejores innovaciones de la historia han surgido en tiempos de crisis y que si no se innova hoy en día se muere.
El párrafo anterior cobra mayor relevancia cuando analizamos los TLC, tanto el firmado con EUA como el que se está concretando con Chile y pronto con la China, en el sentido de que es necesario comprender que estos acuerdos comerciales no son una solución por si mismos, son simplemente una oportunidad, y será aprovechada por aquellos que sepan mejorar su oferta exportable y elevar su competitividad a estándares internacionales. Esta competencia será feroz porque comprensiblemente muchos de los mercados afectados por la reducción de su consumo interno buscarán activamente otras plazas. En lo que respecta a la actividad hotelera y turística – mi especialidad - considero que es necesario enfocarnos tanto en los efectos inmediatos de la crisis como en elaborar y continuar con firmeza hacia una visión para el largo plazo y no me parece descabellado plantear que es importante pensar incluso en proyectarnos para “después de la crisis”.
Analizando el corto plazo y los efectos inmediatos de la crisis en las actividades turísticas considero que reunimos una serie de condiciones que harán que el impacto sea menor que en destinos masivos como el Caribe, Miami y otros similares. En primer lugar hay que tener en claro que el Perú no es un destino masivo sino más bien un destino de nichos y debe ser desarrollado como tal; en este sentido debemos posicionarnos como un destino selecto, diverso y exclusivo lo cual nos permitirá captar turistas con mayor poder adquisitivo y de diferente nivel socioeconómico al que suele ir a los destinos mencionados anteriormente. Actualmente se están implementando algunos planes interesantes para incrementar el arribo de visitantes a ciudades como Cusco, Arequipa y Puno, como el programa “Sale Perú” que permitirá incrementar en 40,000 visitantes (entre nacionales y extranjeros) las 200,000 visitas que normalmente recibe la ciudad imperial entre Febrero y Mayo.
Estamos ante una excelente oportunidad para desarrollar nuestro turismo interno, lo cual nos preparará para manejar mejor el receptivo. Países como Chile están impulsando mucho su turismo interno, nosotros deberíamos hacer lo mismo y reforzar nuestra presencia en la región ya que según la OMT [1] Europa va a ser uno de los destinos más afectados y muy posiblemente no solo no crezca en cuanto a número de visitantes respecto al período anterior, sino que podría experimentar un leve retroceso, mucha gente al ver afectado su presupuesto no viajará por tanto a Europa y si a nivel de Sudamérica, nuevamente la coyuntura internacional nos ofrece una oportunidad muy interesante.
En segundo lugar entre los inversionistas existe una percepción favorable hacia nuestro país, lo cual explica las importantes inversiones en estructura hotelera que se están desarrollando en diferentes partes del Perú. En el APEC se habló de una inversión de USD 1,500 millones sólo hasta el 2,010, en el Cusco hace muy poco se anunció que se invertirán algo más de USD 3,000 millones hasta el 2,015 y que recibirán –así estén listos o no- cerca de 4 millones de turistas para entonces. El reto inmediato por lo tanto es realizar una planificación integral que permita establecer una colaboración efectiva entre los diferentes actores privados y estatales a fin de eliminar pérdidas de tiempo producidas por la burocracia, por la poca flexibilidad para tomar decisiones y delimitar de manera clara las responsabilidades y prioridades del estado en su apoyo al sector. En este sentido sería muy útil analizar las medidas tomadas por otros países exitosos en su accionar turístico y determinar cuáles podrían adaptarse a nuestra realidad, para esto requerimos un enfoque objetivo y humilde, desprovisto de cualquier autosuficiencia, solo así podremos identificar las oportunidades que nuestro país necesita aprovechar y desarrollar con urgencia.
Quisiera terminar citando a un gran hombre respecto a las crisis:
“Cuando se escribe en chino la palabra “Crisis” está compuesta de 2 caracteres, uno representa peligro y otro oportunidad”
John F. Kennedy, 12 Abril, 1959.
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[1] Organización Mundial del Turismo
